La iglesia es de una sola nave, de bellas y armónicas proporciones, formada por cuatro tramos desiguales con bóveda de crucería simple rematada por un ábside pentagonal.
Pinturas murales decorarían los muros del templo. En el presbiterio se han conservado pinturas góticas del siglo XIV, actualmente ocultas por el retablo, que representan a los apóstoles Pedro, Santiago, Pablo y Juan, varios profetas y ángeles.
En el muro frontal de la Epístola, a nuestra derecha, junto a la imagen barroca de San José, podemos apreciar restos de pintura mural gótica. Representaba a un San Cristóbal gigante con el Niño sobre los hombros. Era el protector contra la muerte súbita.
Con motivo de las pestes se encalaban las paredes como medida sanitaria y las pinturas quedaron ocultas. Al picar las paredes para sacar la piedra nos hemos cargado, sin saberlo, las pinturas.

En el muro frontal del Evangelio se halla un Crucificado de gran dramatismo, bajo la advocación de la Buena Muerte, gótico de mediados del siglo XIV relacionado con la plástica hispano-flamenca. Los olitenses sienten gran veneración al Santo Cristo de la Buena Muerte, al que están dedicadas las fiestas patronales. Si caminamos hacia los pies de la iglesia podemos admirar las diferentes capillas que se abren en los muros de la iglesia.
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